Por XU BEl
El viaje a Guyana de la oftalmóloga Shi Yu
PARA la oftalmóloga china Shi Yu, un país como Guyana ofrece muchas experiencias novedosas.“Guyana fue mi primer destino en avión para ofrecer servicios médicos gratuitos.Me dirigí a Lethem”, escribió en su cuenta de WeChat el pasado 26 de febrero.Ubicada en la frontera suroeste del país, la ciudad de Lethem está cerca de Brasil y la mayoría de su población habla portugués.“Así que fue también la primera vez que usé una aplicación de traducción para comunicarme con los pacientes”, añadió.
La doctora Shi, del Hospital Drum Tower de Nanjing, en la provincia de Jiangsu, fue miembro del 18.º equipo médico de China enviado hace más de cuatro meses a Guyana.
A casi 600 km de Georgetown, la capital de Guyana, la ciudad de Lethem no es muy desarrollada en sectores como la economía y la salud.Dada la falta de atención médica, incluso los pacientes que padecen enfermedades comunes no pueden recibir un tratamiento eficaz o rápido.
Invitado por el gobierno local, el equipo médico chino llegó a Lethem el 24 de febrero para ofrecer servicios médicos gratuitos durante dos días.Sus servicios incluyeron cirugía general, medicina tradicional china y acupuntura, obstetricia y ginecología,y pediatría.El equipo también donó decenas de medicamentos a los residentes.
Además de brindar servicios médicos gratuitos en Lethem y tratar a los pacientes en los hospitales de Georgetown y Linden, los médicos chinos también capacitaron a sus colegas guyaneses.Después de todo, “dale un pez a un hombre y comerá hoy, pero dale una caña, enséñale a pescar y comerá el resto de su vida”, recuerda Shi al semanarioBeijing Review.
Este año marca el 60.º aniversario del envío de China de su primer equipo de ayuda médica al extranjero, así como el 30.º aniversario de la asistencia que prestaron los médicos chinos para salvar vidas en Guyana.Desde 1963,China ha enviado 18 equipos médicos a dicho país con 263 miembros en total, los cuales ayudaron a sus pares de Guyana en instituciones médicas como la Corporación del Hospital Público de Georgetown.“Este año es significativo en la historia de la asistencia médica de China y tuve la suerte de ser parte de esa historia”, comenta Shi.
“También sigue la tradición de mi familia”, agrega.El abuelo materno de Shi Yu fue uno de los primeros graduados universitarios en apoyar el desarrollo en la región noroeste de China, tras la fundación de la República Popular China en 1949.Asimismo,su padre viajó después de graduarse a la provincia de Qinghai, en el noroeste del país, para realizar una investigación sobre los recursos de los lagos salados.La importancia de ayudar a las personas necesitadas a que se desarrollen es algo que la familia de Shi le ha enseñado desde muy joven.
Después de 1949, el pueblo chino se convirtió en dueño de su país y esperaba llevar una vida más próspera.Sin embargo, el noroeste de China todavía estaba rezagado en términos de productividad.Por ello, el Gobierno central convocó a jóvenes intelectuales para que contribuyeran al renacer de la región.
Un graduado universitario, el abuelo materno de Shi, Cheng Jingsheng, salió de la ciudad de Nanjing, en el este de China, y se dirigió sin dudar a la provincia de Qinghai, cruzando una distancia de más de 2000 km.Participó en la creación de la sucursal en Qinghai del Banco Popular de China, el banco central del país, y luego dirigió un negocio de crédito agrícola.Sus huellas recorrieron cada una de las prefecturas y distritos de la provincia,en donde ayudó a los agricultores y pastores a solicitar préstamos.
“Mi abuelo siempre se quedaba con los lugareños para comprender mejor sus necesidades y así poder resolver mejor los problemas con los que estaban lidiando”, recuerda Shi.
La meseta de Qinghai-Tíbet, la más elevada del mundo con una altitud media de 4500 m, está dominada por un clima helado en invierno, y en ese momento los autobuses que conducían por las carreteras heladas tardaban varios días en llegar a los remotos lugares agrícolas y áreas pastorales.A fin de llegar a los distritos sin carreteras pavimentadas,las balsas de piel de oveja eran el principal medio de transporte local,así como el último recurso de Cheng.Cuando las corrientes eran demasiado fuertes, las balsas corrían el riesgo de volcarse, por lo que viajar se convirtió en una cuestión de vida o muerte.
Cuando Shi era una niña, las experiencias de su abuelo parecían fascinantes cuentos de aventuras.Sin embargo, ella no sabía que gracias a los incansables esfuerzos de aquellos jóvenes que llegaron a Qinghai, la producción agrícola de la provincia aumentó durante tres años consecutivos justo después de 1949, lo que mejoró la vida de los agricultores y pastores.
24-25 de febrero de 2023.Shi Yu le revisa la vista a una mujer en una actividad clínica gratuita del 18.º equipo médico de China enviado a Guyana.Foto cortesía de Shi Yu
Según una colección de artículos que conmemoraron el 40.º aniversario del Banco Popular de China,publicados en 1988, el sistema financiero de Qinghai asignó más de 10 millones de yuanes (3,82 millones de dólares según el tipo de cambio de 1952) en préstamos agrícolas para que los lugareños pudieran comprar herramientas y llevaran adelante proyectos de conservación, los que expandieron el área irrigada de la provincia en 32.000 hectáreas.
Al igual que su abuelo materno, el padre de Shi Yu, Shi Fangyong, también se fue a la provincia de Qinghai después de graduarse de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China en 1975.El joven de la provincia de Anhui, en el este de China, comenzó a trabajar en el Instituto de Lagos Salados Qinghai, adscrito a la Academia China de Ciencias, en el campo de la teoría y aplicación de los láseres de separación de isótopos.
Establecido en 1965, el citado instituto sigue siendo el único en China dedicado a la investigación de lagos salados.Qinghai tiene abundantes recursos salinos, como lagos salados,minerales salados y salmuera molida,que pueden satisfacer la demanda del país de fertilizantes de potasio agrícolas y materiales que contienen elementos cruciales como litio, boro y magnesio.Estos fueron los temas que Shi Fangyong estudió, así como las primeras palabras que le enseñó a su hija cuando aprendió a hablar.
“Mi padre también me explicó cómo el desarrollo de los lagos salados desempeñaba un papel importante para impulsar el crecimiento de la economía real de China y mejorar su competitividad global”, añade Shi Yu.
La conexión entre Shi Fangyong y Qinghai es solo un ejemplo más de los incontables investigadores que han contribuido en áreas poco desarrolladas durante décadas y que,a través de las últimas tecnologías,han hecho que los recursos naturales sean verdaderos tesoros que respalden el avance del país.
Inspirada por su familia, Shi Yu se unió a los programas de enseñanza voluntaria en las áreas rurales de China después de ingresar a la universidad.Durante sus estudios de posgrado,visitó las regiones autónomas de la etnia zhuang de Guangxi y del Tíbet para masificar el conocimiento sobre las enfermedades de los párpados y la protección de la vista.
“Ayudar a otros me hizo feliz”, indica Shi Yu.Y así, con ese mismo espíritu,se inscribió para unirse al equipo médico enviado a Guyana, con la esperanza de brindar salud a las personas que viven en la selva tropical de América del Sur.
“Ver a los pacientes locales irse recuperando y expresar su gratitud con el pulgar hacia arriba, me hizo sentir una felicidad que reemplazó a la nostalgia”,concluye.