Una pasión por el café

2021-07-05 03:12PorMAGDALENAROJAS
今日中国·西班牙文版 2021年7期

Por MAGDALENA ROJAS

El panameño Carlos Cedeño apunta a sacarle el jugo a un sector que está en alza en China

CArLOS Cedeño ha sido testigo de los cambios que se han ido suscitando en China desde que llegó al país hace más de 16 años y, junto con ello, de las nuevas posibilidades que se están abriendo para el mercado del café, en el cual decidió incursionar hace tres años con granos traídos directamente desde su natal Panamá y otros países de América Latina.

Inicios en el rubro comercial

Cedeño se sintió atraído por el dinamismo y rápido crecimiento de China cuando aún estaba en Panamá, por lo que se decidió a aprender chino mandarín. Sentía que esta lengua podía convertirse en una herramienta invaluable en el futuro, y no se equivocó.

El panameño llegó a Shanghai en abril de 2006, donde permaneció por nueve años, hasta 2015. Se sintió impresionado por la ciudad desde el primer momento. “Shanghai es una metrópolis donde encuentras de todo: muchísimas oportunidades y una escena cultural de clase internacional”, menciona. Carlos Cedeño se dedicó el primer año y medio a estudiar el idioma, tras lo cual comenzó la carrera de Comercio Internacional en la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai.

Luego de graduarse, comenzó a servir como intérprete de español para empresarios que llegaban a China por motivos de negocios. “Me ocupaba de acompañar a comerciantes que venían a China a hacer sus pedidos, además de conocer nuevos productos y proveedores”, señala. “En algunos casos, luego de las visitas, los acompañaba con la comunicación durante la compra y en los procesos de control de calidad del producto antes de despacharlo a su destino final”, agrega.

Esta experiencia en terreno, donde puso a prueba sus conocimientos en el área comercial, así como su manejo del español, el inglés y el mandarín, fue de gran ayuda para su futura incursión en otros rubros. Además, se dio cuenta de una de las principales barreras con las cuales se topan quienes desean hacer negocios en China: el idioma y, en segunda instancia, las diferencias culturales. “Para los empresarios occidentales, no hay nada más difícil que aprender mandarín”, explica. Pero, a la vez, también se interponen otros usos y formas propios de la idiosincrasia local. “Los negocios se llevan a cabo mejor si se conocen las costumbres y se aprecian los platos de la cocina china, ya que la gran mayoría de las negociaciones en China se cierran en la mesa de comida”.

Carlos Cedeño en una plantación de café Geisha, la variedad con el precio de venta más alto en el mercado, en Panamá.

Un mercado con gran potencial

En 2015, Carlos Cedeño se mudó a Wuxi, en la provincia de Jiangsu, para trabajar en la exportación de textiles para el hogar. Aunque solo queda a 135 km de Shanghai, Wuxi es una ciudad comparativamente pequeña, con menos de 4 millones de habitantes. Aun así, cuenta con gratas áreas verdes y un estilo de vida más relajado, por lo que Cedeño rápidamente se fue acostumbrando a su nuevo hogar. Al poco andar, el panameño se dio cuenta del rápido crecimiento que estaba atravesando el mercado del café en China. Con cadenas como Starbucks, Luckin Co-ffee, Costa Coffee, entre otras, que se han ido posicionando con fuerza en las zonas urbanas del país, además de una creciente demanda por parte de los llamadosmillenials, que cuentan con mayor poder adquisitivo y están más expuestos a las tendencias internacionales, el mercado del café está avanzando a paso firme en el país.

De hecho, el consumo del café en China está aumentando a una tasa del 30 % cada año, en comparación con un 2 % a nivel internacional. “Junto con mi hermano, siempre estuvimos viendo opciones y oportunidades de importar algo a China”, señala el joven empresario. “Al ser panameños, sabíamos que Panamá produce uno de los mejores cafés de especialidad en el mundo, por lo que luego de investigar y tomar cursos sobre la cosecha, distribución y expendio de café de especialidad, procedimos a incursionar en este rubro”.

En la actualidad, ambos hermanos importan café de Panamá y, en menor medida, de Brasil, El Salvador y Colombia. Cuentan con aproximadamente 20 variedades, todas de especie arábica, las cuales se preocupan de seleccionar directamente en el lugar de origen, lo que asegura su calidad. “Para escoger un café uno tiene que ir a la finca; lo tiene que catar, lo tiene que probar y eso conlleva todo un proceso de selección por detrás, ya que cada café desarrolla diferentes sabores y perfiles de taza”, puntualiza. “Esos no llegan a China todavía. Es un mercado muy joven, por eso creo que tenemos ventajas aún”.

De este modo, Carlos Cedeño y su hermano viajan todos los años a los países de los cuales importan café durante la temporada de cosecha. “Siempre nos gusta buscar otras fincas que estén desarrollando nuevos productos y sembrando nuevas variedades de café”. Al día de hoy, sus principales clientes son tostadurías de tamaño mediano y grande, así como cafeterías que tienen la capacidad de tostar café por sí mismas y quieren un producto de calidad. “Es un café totalmente limpio, sin ningún defecto, y con sabores y notas más especiales, apegadas un poco más a lo frutal y con una dulzura un poco mayor”, enfatiza.

Carlos Cedeño exhibe sus productos durante una feria de café celebrada en Shanghai.Fotos cortesía del entrevistado

Perspectivas futuras

Ingresar al mercado chino no ha sido una tarea fácil. requiere de paciencia y perseverancia, ya que si bien es un mercado en expansión, el té sigue ocupando un espacio preponderante. “Ha tomado mucho tiempo y mucho trabajo de mercadeo, utilizando distintas plataformas en línea”, cuenta Cedeño. Por otro lado, capturar nuevos clientes que ya están habituados a otras marcas también es un desafío. Por ello, es vital lograr la fidelización de los consumidores ofreciéndoles un producto que sea sinónimo de calidad. “Al principio cuesta un poco, ya que a los compradores no les gusta arriesgarse y comprar en nuevos comercios, pero al vernos constantemente, empiezan a probar poco a poco”, explica.

A futuro, Carlos Cedeño y su hermano quieren continuar en el rubro del café e, incluso, tener una marca propia en el corto o mediano plazo. “Es algo que me apasiona y me gustaría hacer por mucho tiempo más”, señala. “todo el proceso y los pasos detrás de un café de esta calidad me pareció algo muy interesante desde que empecé a estudiarlo y a aprender un poco más”.

Hasta la década de 1980, el café era considerado un producto de lujo que muchas veces se entregaba como obsequio, pero que raramente era bebido. Ahora, sin embargo, el panorama es totalmente distinto. Desde que Starbucks abriera su primera tienda en China en 1999, las cadenas de café han experimentado un crecimiento exponencial. La cadena estadounidense ya cuenta con 3000 cafeterías en el país, mientras que Luckin Coffee se ha propuesto tener 10.000 tiendas para el cierre del año. Estas cadenas forman parte de la llamada “segunda ola del café”, pero con la creciente demanda y un mercado más de nicho, aún existe terreno fértil para incursionar en nuevas áreas, en el marco de la “tercera ola del café”, que privilegia el café de especialidad y los métodos artesanales de producción. En ese contexto, las perspectivas de desarrollo para Carlos Cedeño son promisorias, más aún considerando la demografía de China y los actuales consumidores de este brebaje.