Por LI WUZHOU
Un nuevo marco para la cooperación sino-latinoamericana—Entrevista con Hu Biliang, rector del Instituto de Mercados Emergentes de la Universidad Normal de Beijing
Por LI WUZHOU
Septiembre de 2013. Hu Biliang y Jorge Quiroga, expresidente de Bolivia, participan en el Foro de Mercados Emergentes de Eurasia 2013 que tuvo lugar en Astana, capital de Kazajistán.
DURANTE su gira oficial por América Latina (AL), en 2014, el presidente chino, Xi Jinping, propuso el esquema “1+3+6” como modelo de cooperación entre China y AL. En enero pasado, el Instituto de Mercados Emergentes de la Universidad Normal de Beijing publicó el libroPara un desarrollo común, pragmático y mutuamente benef cioso--El nuevo marco de cooperación económica sino-latinoamericana, donde se analiza profundamente la propuesta del presidente chino. Un día antes de la inauguración de la Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac, se presentó el libro.
Para un entendimiento mejor sobre este esquema de cooperación planteado por Xi Jinping,China Hoyentrevista al profesor Hu Biliang, redactor jefe del libro, quien, además, fue economista del Departamento de Estudios de la Economía China del Banco Mundial, y economista jefe de SG Securities Asia Limited. Él se dedica al estudio de Economía del Desarrollo, Economía Institucional, Economía de Mercados Emergentes y Macroeconomía China. Ha sido galardonado dos veces con el Premio Sun Yefang (el más alto honor para los economistas en China) y una vez con el Premio Zhang Peigang por los resultados obtenidos en sus estudios de Economía del Desarrollo.
China Hoy (CH):Primeramente, le felicito por la inclusión de su nuevo libro en la agenda de la reunión ministerial del Foro China-Celac. ¿Puede explicarnos el contenido esencial del esquema “1+3+6” propuesto por el presidente Xi?
Hu Biliang (HB):Resumiendo, puedo decirle que el presidente Xi desea que China y América Latina y el Caribe alcancen un consenso ef ciente en la cooperación económica bilateral para que ambos mantengan el mismo rumbo de desarrollo.
El número 1 se refiere a“un plan”, o sea, a la elaboración de un Plan de Cooperación entre C h i n a, América Latina y el Caribe, con el fin de garantizar el pleno acoplamiento y la unanimidad en cuanto a las estrategias de desarrollo. El número 3 hace referencia a “tres motores”, es decir, al apoyo mutuo en los tres terrenos: el comercio, las inversiones y las f nanzas. El número 6 remite a la cooperación en “seis campos”: energía, construcción de infraestructuras, agricultura, manufactura,ciencia y tecnología e informática para lograr un mejor desarrollo sectorial.
Octubre de 2012. En el Foro de Negocios entre Latinoamérica y Asia 2012, el profesor Hu Biliang (segundo de la izq.) junto a Martín Torrijos (cuarto de la izq.), expresidente de Panamá.
CH:En el libro, usted describe el esquema “1+3+6” como el nuevo marco de cooperación económica sinolatinoamericana. ¿Por qué añadió la palabra “económica”? ¿Cuál es el punto clave y cuáles, las dificultades para la transición del viejo marco al nuevo?
HB:La propuesta del presidente Xi Jinping es que “ambas partes creen, conjuntamente, el nuevo esquema de cooperación 1+3+6”. El nuevo marco de cooperación económica se caracteriza por los siguientes aspectos: en primer lugar, debe haber una misma meta de cooperación que coincida en el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible; en segundo lugar, debe ser integral la cooperación de China con los 33 países miembros de Celac; Tercero, la cooperación debe ser completa tanto en los “tres motores” como en los “seis campos económicos”. Cuarto, las medidas y los objetivos de cooperación deben ser muy concretos, por ejemplo, en un plazo de 10 años, elevar el volumen de intercambio comercial a los 500.000 millones de dólares y que la inversión china acumulada en América Latina alcance los 250.000 millones de dólares. Al respecto, China ya anunció su decisión de incrementar su volumen de crédito especial para la construcción de infraestructuras en América Latina y el Caribe de los 10.000 millones de dólares a los 20.000 millones y, además, proporcionará un préstamo preferencial de 10.000 millones de dólares. Asimismo, China ha anunciado la puesta en marcha del fondo de cooperación sino-latinoamericano y, para ello, destinará 5000 millones de dólares. Todas estas medidas son hechos y no solo palabras. En quinto lugar, el objetivo de la cooperación es el benef cio mutuo bajo el principio ganar-ganar. Por último, se debe desarrollar la cooperación en las industrias manufactureras y de servicios aprovechando el dinamismo del comercio bilateral de materias primas ya existente.
Los seis aspectos arriba mencionados serán como la columna vertebral de la cooperación económica entre China y AL en el nuevo periodo. Antes, la cooperación nunca fue integral y careció de objetivos comunes y medidas concretas, como ahora.
Para lograr la transformación del viejo marco al nuevo, la clave es saber que China y AL se esfuerzan, conjuntamente, por “construir una comunidad con suerte compartida”. Las dif cultades residen en profundizar la conf anza y el conocimiento mutuos entre ambas partes. Para superar las dificultades, un trabajo básico, pero de gran importancia, es construir una plataforma que les permita a los dos lados profundizar el diálogo y promover los puntos de vista comunes. Un buen ejemplo al respecto es la Primera Reunión Ministerial del Foro de China-Celac, que tuvo lugar en Beijing.
CH:El veloz crecimiento del intercambio comercial entre China y AL impulsa enérgicamente el avance de la relación bilateral. ¿Cuánto ha contribuido el vínculo económico y comercial a la relación bilateral? ¿Cuáles han sido los obstáculos? ¿Cómo se pueden superar?
HB:En general, el comercio bilateral entre China y AL desempeña un papel cada vez más importante. El volumen del comercio entre China y América Latina en el comercio exterior total de China creció del 2,9 % en 2001 al 6,3 % en 2013; en el mismo periodo, el comercio con América del Norte se redujo del 17,2 % al 13,9 %. En concreto, entre 2001 y 2013, la participación de América Latina en las exportaciones chinas creció del 3,1 % al 6,1 %. Similar tendencia presentan las importaciones que aumentaron del 2,8 % al 6,5 %, en el mismo período.
Algo parecido ha ocurrido en América Latina. Según el destino de las exportaciones entre 2000 y 2013, el índice que ocupa Estados Unidos en el mercado de las exportaciones latinoamericanas se redujo del 57,8 % al 39,6 %; es decir, un descenso de 18,2 puntos porcentuales. Para la Unión Europea se mantuvo estable durante el mismo periodo, mientras que la presencia de China aumentó del 1 % al 9,7 %. Si se analiza desde el punto de vista del origen de las importaciones, se observa la misma tendencia: la proveniente de Estados Unidos se redujo del 48,7 % al 30,7 %, con un descenso de 18 puntos porcentuales, mientras que la proveniente de China aumentó del 2 % al 15,1 %. De acuerdo con estimaciones de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), en 2020, la proporción que ocuparán las exportaciones de América Latina hacia Estados Unidos, la Unión Europea y China con relación a sus exportaciones totales serán del 28,4 %, 13,6 %y 19,3 %, respectivamente.
Sin embargo, con el desarrollo del comercio bilateral han surgido algunos problemas, que se concentran, actualmente, en tres aspectos: en primer lugar, en los últimos años, la tasa de crecimiento anual del PIB de China ha disminuido sin cesar, de más del 10 % en 2010 a un poco más del 7 % en 2014, lo que ha provocado que la demanda china de recursos energéticos de América Latina se haya reducido y el precio tienda a la baja. En segundo lugar, a América Latina no le conviene solo enfocarse en el rápido aumento de las exportaciones de recursos primarios a China porque no favorecerá su progreso tecnológico ni su desarrollo industrial. Y, por último, en vez de ir reduciéndose, el proteccionismo comercial va incrementándose. Por ejemplo, entre 1995 y 2012, bajo el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), a China se le impusieron medidasantidumpingen 664 ocasiones, de las cuales 168 casos provienen de AL, es decir un 25 % del total.
Conscientes de los problemas existentes, tanto China como América Latina necesitan una reforma más profunda. En primer lugar, las dos regiones tienen que acelerar su cambio de modalidad. La economía china se encuentra en transición, está pasando de ser impulsada por la inversión a ser dinamizada por la demanda interna. En ese proceso, el consumo privado desempeña un papel cada día más importante para el crecimiento económico. A la vez, América Latina necesita elevar la tasa de ahorro bancario y de inversión, brindando más atención a las políticas para promover la industrialización y fomentar la atracción de inversiones extranjeras. En segundo lugar, a través de sus inversiones, China debe participar activamente en el periodo de reindustrialización de los países latinoamericanos. En tercer lugar, el potencial del comercio de servicios entre ambas partes debe extenderse. En cuarto lugar, con la integración regional de Asia–Pacíf co, los países latinoamericanos están llamados a participar más en las cadenas globales de valor.
CH:Como estudioso de la economía del desarrollo, ¿puede usted explicar qué coincidencias y diferencias tienen China y AL en sus respectivos modelos de desarrollo? ¿Hay experiencias de las que pueden aprender mutuamente?
HB:Muy buena pregunta. Lo parecido está en que las dos regiones han experimentado un proceso de transición del modelo de sustitución de importaciones al de orientación exportadora de los productos industriales, pero tuvieron consecuencias muy diferentes.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en los países de América Latina se promovía ampliamente la industrialización nacional para sustituir los productos importados y apoyarse en la producción local. Después de los años 80, la región entró en la etapa de industrialización de orientación exportadora (IOE). Sin embargo, debido a reformas hechas que buscaban la privatización y la comercialización, más la influencia ejercida por la crisis de la deuda, la región no logró establecer sus propios sistemas industriales ni tampoco obtuvo resultados satisfactorios de la estrategia de orientación exportadora.
En el caso de China, a partir de la fundación de la Nueva China en 1949, el país tuvo que explorar una estrategia para desarrollar las industrias nacionales. Durante 40 años de trabajo, y soportando muchas dificultades, China logró tener un propio sistema industrial y una economía pujante. Después de plantearse la meta de desarrollar la economía de mercado socialista en 1994, China llevó a cabo, gradualmente, la estrategia de orientación exportadora, sobre todo luego de su admisión en la OMC, en 2001. El país experimentó un rápido crecimiento de sus exportaciones y un periodo acelerado de industrialización. Durante su proceso de industrialización, China logró equilibrar la relación entre la sustitución de importaciones y la orientación exportadora, y la relación entre la utilización de inversiones extranjeras y el desarrollo de las industrias nacionales.
En resumen, tanto China como AL deben aprender mutuamente de los puntos fuertes del otro y subsanar sus respectivas def ciencias.
Enero de 2015. Después de pronunciar un discurso en la Universidad Normal de Beijing, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, se tomó una foto con Hu Biliang (izq.) y Zhou Zuoyu, vicerrector de la universidad.