Por ZUO XIAOYUAN*
Foro China-Celac: Punto de partida, oportunidad y reto
Por ZUO XIAOYUAN*
8 de enero de 2015. Se inaugura la Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac en Beijing.
LA Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac se clausuró exitosamente, en Beijing, el 9 de enero de 2015. China y América Latina y el Caribe, que se ubican, respectivamente, en las dos orillas del océano Pacíf co, estrecharon sus manos y emprendieron juntos la cooperación integral sinolatinoamericana y caribeña.
En la reunión de dos días, las partes llegaron a acuerdos, aprobando tres documentos importantes: la Declaración de Beijing de la Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac, el Programa de Cooperación de China y América Latina y el Caribe para el Periodo 2015-2019, y las Disposiciones Institucionales y Reglas de Funcionamiento del Foro China-Celac.
Como la primera actividad diplomática de China en 2015, fue un acontecimiento histórico que simboliza que la cooperación bilateral ha entrado en una nueva etapa.
En los primeros diez años del siglo XXI, China y la región latinoamericana y caribeña experimentaron, cada una, su propia década de oro en el desarrollo económico, lo que ha promovido la entrada de la cooperación comercial y económica bilateral en una etapa de desarrollo a saltos. Por un lado, con más de 30 años de reforma y apertura, China demanda cada día más energía y materia prima. Por otro lado, en estos últimos años, se ha convertido de un país que atrajo la in-versión foránea a un país que invierte en el extranjero. El súbito crecimiento del comercio bilateral demuestra la importancia de cada parte en la configuración comercial de la otra. La ampliación y profundización de las esferas de cooperación bilateral permitió a las dos partes conocer la necesidad de establecer una plataforma de cooperación integral.
En noviembre de 2008, el Gobierno chino publicó, por primera vez, elDocumento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe, expresando su deseo de cooperar con América Latina y el Caribe en todos los aspectos.
La fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en 2011, ofreció la oportunidad de hacer realidad la cooperación integral sino-latinoamericana y caribeña. Cuando el entonces primer ministro de China, Wen Jiabao, visitó cuatro países sudamericanos (Brasil, Uruguay, Argentina y Chile), en junio de 2012, pronunció un discurso en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sugiriendo la celebración del Foro China-Celac.
Después de que Xi Jinping asumió el cargo de presidente del país, la cooperación integral entre China y América Latina y el Caribe experimentó un progreso esencial. Los líderes de ambas partes aprovecharon toda clase de encuentro bilateral y multilateral para deliberar y promover el asunto. En la Segunda Cumbre de la Celac, celebrada en la Habana, en enero de 2014, todos los países miembros llegaron al acuerdo de establecer el Foro China-Celac. En julio del mismo año, Xi Jinping se reunió con gobernantes de países latinoamericanos y caribeños en Brasilia para declarar, conjuntamente, el establecimiento de una asociación de cooperación integral basada en la igualdad, el beneficio mutuo y el desarrollo común, así como la fundación del Foro China-Celac.
Siendo uno de los tres frutos cosechados en la Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac, la Declaración de Beijing determina la dirección del futuro desarrollo del foro y sus principios rectores. “Observaremos los principios de respeto mutuo, igualdad, pluralismo, beneficio mutuo, cooperación, apertura, inclusión y no condicionamiento, y decidimos desplegar el diálogo en ámbitos importantes del Foro y en otros que acuerdan las dos partes, mediante la apertura de nuevos caminos en el modo de cooperación, y con el objetivo de fomentar el desarrollo común y sostenible, el bienestar social y el crecimiento económico, y hacer nuevas contribuciones a la cooperación sur-sur”.
9 de enero de 2015. Wang Yi (der.), ministro de Relaciones Exteriores de China y su homólogo de Costa Rica, país que ocupa la Presidencia pro témpore de la Celac, celebran el éxito de la reunión ministerial celebrada en Beijing.
El Programa de Cooperación entre China y América Latina y el Caribe para el Periodo 2015-2019 traza la hoja de ruta de las acciones para la cooperación bilateral en los futuros cinco años, planteando más de 50 medidas en 13 ámbitos importantes de cooperación, que son la política y la seguridad, los asuntos internacionales, el comercio, la inversión, las f nanzas, la infraestructura, la comunicación, los recursos energéticos, la agricultura, la industria, la ciencia y tecnología, la técnica aeronáutica y espacial, y el intercambio cultural.
Las Disposiciones Institucionales y Reglas de Funcionamiento del Foro China-Celac determinan el mecanismo de diálogo, coordinación y cooperación, ofreciendo una garantía institucional para la continuidad del Foro.
El Programa de Cooperación reitera los principios con los que se llevará a la práctica el proyecto, planteados en la Declaración de Beijing: respetando las políticas y reglamentos internos de cada país, se adoptan principios de participación voluntaria y f exible, que no afecten cualquier tratado de cooperación bilateral ya existente, ni sustituyan tratado, decisión o promesa alguna que esté vigente.
Estos tres documentos toman en plena consideración los aspectos que preocupan a China y a los países miembros de la Celac, y encarnan las cuatro sugerencias de Xi Jinping, planteadas en su discurso inaugural del evento, que resumen el espíritu del futuro desarrollo del Foro: el principio de cooperación sobre la base de la igualdad, la meta de cooperación con beneficio mutuo y ganancia compartida, el modo de cooperación f exible y pragmático, y el espíritu de cooperación con apertura e inclusión.
Desde la idea hasta la exitosa convocatoria de la Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac, siempre han existido dudas sobre sufactibilidad. En primer lugar, los 33 países miembros de la Celac tienen grandes diferencias en las reservas de recursos naturales, su envergadura económica y su nivel de desarrollo, por lo que tienen diversas expectativas sobre la cooperación con China, lo que hace más difícil coordinar los intereses de todos. En segundo lugar, como doce países de la Celac aún no han establecido relaciones diplomáticas con China, resulta complejo tratar este problema. Por último, la relación entre el Foro y otras organizaciones regionales o subregionales ya existentes en América Latina y el Caribe también constituye una cuestión sensible.
Según los documentos legados por el Foro, las posibles contradicciones se pueden resolver con la cooperación pragmática e innovadora. Los países que aún no establecieron relaciones diplomáticas con China serán tratados con igualdad cuando soliciten proyectos de cooperación. De todo esto, podemos percibir su optimista porvenir. Por supuesto, será un proceso de constante búsqueda y perfeccionamiento.
Otra preocupación es la ralentización del desarrollo económico de China. Por la reducción de las necesidades de China, el precio de los recursos energéticos y las materias primas está bajando, lo que sacudirá la cooperación integral sino-latinoamericana, y, posiblemente, la lleve a una situación tan difícil como la que atraviesa el mecanismo de las Cumbres Iberoamericanas.
Sin embargo, el reto también se traduce en una nueva oportunidad. Su Zhenxing, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, cree que el crecimiento económico de China se transformará para depender de la demanda doméstica, lo que aliviará la competencia con los países de América Latina y el Caribe en productos de bajo contenido tecnológico. El aumento de la cantidad y la diversidad del mercado de importación ofrecerá un importante apoyo al reajuste y la actualización de la estructura sectorial de los países latinoamericanos y caribeños.
Pero, según Zhang Sengen, especialista en cuestiones sobre América Latina, la gran oportunidad siempre viene acompañada por un gran reto. El estudioso taiwanés Xiang Jun opina lo mismo, acotando que la relación sino-latinoamericana ha entrado en una peligrosa zona profunda, lo que exige más prudencia.
Este reto viene de la escasez de gente conocedora de los asuntos latinoamericanos y caribeños en China. En comparación con EE. UU. y los países europeos, la presencia de China es muy fresca. Respecto al sistema social y la concepción del valor, China y América Latina y el Caribe tienen mucha diferencia.
Según los resultados de las encuestas hechas por Latinobarómetro y Pew Research Center (EE. UU), el pueblo latinoamericano no conoce bien China, e incluso, la malentiende. La acogida que recibe China en algunos países latinoamericanos es muy inferior a la de EE. UU., y también a la de Japón. La futura cooperación sino-latinoamericana dependerá del conocimiento y el reconocimiento mutuo.
La inf uencia china en América Latina no debe limitarse a la economía y el comercio. Hay que evitar que los pies ya estén pisando tierra latinoamericana pero la cabeza siga en el interior de la nación asiática.
Luis Guillermo Solís, presidente de Costa Rica, nación que ocupa la Presidencia pro témpore de Celac, pronuncia un discurso en la inauguración de la Primera Reunión Ministerial del Foro China-Celac.
Aparte de los retos ya mencionados, la cooperación integral sino-latinoamericana y caribeña posibilita enfrentar retos procedentes de la competencia entre los países grandes. La actual situación internacional es complicada y variable. El orden internacional ha entrado en un período de transición: las fuerzas y las reglas están en proceso de reestructuración.
Según estudiosos norteamericanos, el orden internacional se vuelve hacia la geopolítica y China se ha hecho el foco de atención. A pesar de que la of cialidad de EE. UU. también reconoce que la cooperación sino-latinoamericana fomentará la prosperidad económica regional, y eso corresponderá a sus propios intereses, no abandonará fácilmente sus sospechas al respecto, y su vigilancia en nombre de “la seguridad y los intereses del hemisferio occidental” no se relajará.
Aunque la Celac es una organización regional integrada por 33 países, que tienen amplia representatividad, EE. UU. insiste en creerla una organización muy ideológica. Lo que desea es que los países latinoamericanos hagan su cooperación transregional por medio de organizaciones regionales, en detrimento de la plataforma de la Celac. Posiblemente, en la Cumbre de las Américas de la Organización de Estados Americanos, que se celebrará en abril de 2015, EE. UU. planteará nuevas medidas sobre la integración regional, lo que aumentará la incertidumbre sobre la cooperación integral sino-latinoamericana.
*Director del Centro de América Latina de la Universidad de Asuntos Exteriores de China.