Por JORGE H.RAMOS*
Una aproximación al mundo maya gracias al Proyecto Arqueológico Grupo 8N-11 en Copán
Jorge H.Ramos, investigador del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
EL año 2015 fue un año histórico para la arqueología de Honduras.Años previos, a través de las relaciones bilaterales con otros profesionales del mismo campo en América Latina, académicos chinos mostraron su interés en conocer la historia de los antiguos mayas de Mesoamérica mediante los restos culturales hallados en el Sitio Arqueológico Copán.Este sitio se ubica a solo un kilómetro del pueblo actual, Copán, en la actual frontera de Honduras con otros países centroamericanos, como Guatemala y El Salvador, y se localiza también en una zona fronteriza del Área Maya (con otros habitantes no mayas),correspondiente a tiempos prehispánicos de entre 1000 a.C.y 1200 d.C.
Fue así como en julio de 2015 se inició un proyecto de investigación arqueológica, el Proyecto Instituto de Arqueología de la Academia China de Ciencias Sociales, de cinco años en un grupo residencial (8N-11), a menos de un kilómetro del centro monumental de la antigua ciudad.La ubicación de este grupo con relación al núcleo urbano, con el cual se conecta a través de una calzada de piedra, lo convierte en un elemento muy importante en el planeamiento de la ciudad dentro de la cosmogonía maya.De esta manera,ofrece mucho potencial para responder preguntas relacionadas con la planeación urbana y sus motivos religiosos.Su conexión física con los espacios habitacionales y administrativos de la familia real también permitiría entender mejor la organización política interna durante los últimos siglos de ocupación maya en Copán.
Para la ciencia, la presencia china en Honduras se presentaba como un hecho prometedor en el avance del conocimiento de las culturas precolombinas.Sin embargo, también aparecía como un reto en cuanto al entendimiento mutuo entre el personal chino,liderado por el doctor Li Xinwei, y el cuadro local hondureño, encabezado por quien escribe este artículo.Este último equipo incluye a veteranos que han estado laborando en la arqueología del Valle de Copán por un espacio de casi cuarenta años.Al comienzo de dicho proyecto, la comunicación entre los dos grupos -por una parte, los hablantes del idioma chino y, por otra,los del idioma castellano- se realizaba a través de una tercera lengua franca.Aunque el personal chino poseía conocimientos y habilidades orales en el idioma inglés, solo una persona del cuadro hondureño los tenía.
Fue así como en un mundo totalmente foráneo y conscientes de la distancia cultural, uno de los primeros pasos en el proceso de entendimiento de la cultura local por parte del grupo del doctor Li fue el aprendizaje del idioma español, lo cual fue una herramienta muy útil en las relaciones interpersonales, ayudó a una comu-nicación más eficiente con el personal local y, por ende, favoreció un mejor acercamiento al objeto de estudio.Esta acción contribuyó, además, a que se insertaran mejor dentro de la cultura local, volviéndose parte de la comunidad y enriqueciendo a la vez su visión del mundo actual a través de los lentes del pueblo copaneco.
Ya en el contexto metodológico, un segundo paso en el entendimiento de la práctica arqueológica fue no solo la aceptación selectiva, sino el interés de aprender las técnicas de campo utilizadas en la metodología local por muchas décadas e inspiradas en modelos occidentales.El registro en detalle del contexto arqueológico llamó la atención de los arqueólogos chinos que participan en el proyecto.Sin embargo, después de un tiempo, el doctor Li buscó la forma de innovar la forma de documentación, de tal manera que,además de mantener el mismo nivel de detalle y autenticidad, fuese más rápida.Es en este marco que la documentación en 3D del contexto arqueológico llegó a formar parte de las técnicas de campo en la arqueología de Copán, en Honduras.La técnica de fotogrametría auxiliada por el uso de equipo tecnológico avanzado (por ejemplo, el dron)hizo posible reducir altamente el tiempo empleado en el registroin situdel material y rasgos arqueológicos.Con las instrucciones del equipo chino, el cuadro local se dio a la tarea de aprender nuevas técnicas que facilitarían enormemente su labor en el quehacer arqueológico.
Académicos de China, Corea del Sur y Honduras trabajan juntos en el sitio de excavación.Fotos cortesía del autor
Otro de los aspectos fundamentales que resultó en un éxito, y fue un tercer paso en la ejecución del Proyecto Instituto de Arqueología de la Academia China de Ciencias Sociales, fue la planeación diaria y el entendimiento del contexto arqueológico en conjunto.El desarrollo de las actividades diarias,ya sean de excavación o de análisis de materiales, se hizo siempre tomando en cuenta las opiniones de ambas partes, tanto de arqueólogos chinos como de los locales hondureños.En la forma de proceder en la planificación diaria, tanto el doctor Li como quien escribe este artículo, auxiliados por estudiantes de ambos equipos,trazamos los objetivos en base a las preguntas de investigación formuladas al principio del proyecto.Ya en la fase de comprensión y explicación de los materiales y rasgos culturales,así como en la de los descubrimientos producto de la excavación, se siguió también el mismo protocolo de mesa de discusión abierta.Utilizando el método tanto inductivo como deductivo, en una combinación binaria de experiencia y trayectoria académicas y formación profesional de dos escuelas académicas distintas, los profesionales de China y Honduras alcanzaron un consenso en su aproximación al conocimiento de la realidad histórica maya, traída a la luz después de casi dos mil años de haber permanecido enterrada por el tiempo y la naturaleza.Cabe incluir que en estas discusiones se apreciaron similitudes entre la cultura milenaria de la gente de China y la de los grupos culturales de Mesoamérica.
No fue fácil, pero tampoco imposible, llegar a conclusiones al momento de presentar los criterios y argumentos con una actitud no solo profesional sino también de humildad, aceptando con respeto la perspectiva de la otra parte.Estas características han sido fundamentales para un aprendizaje mutuo sobre un objetivo común para personas con diferentes realidades(económicas, políticas y culturales),perspectivas e identidades.Sin embargo, es el único camino para el desarrollo latinoamericano a corto, mediano y largo plazo, y para lo cual se cuenta con la contribución de otras naciones,como China.