Una nueva civilización ecológicaSe requiere una mayor cooperación medioambiental entre China y América Latina

2021-01-06 05:48PorAUGUSTOSOTO
今日中国·西班牙文版 2021年1期

Por AUGUSTO SOTO

EN el quinto aniversario del Acuerdo de París, Beijing reafirmó su compromiso en la lucha contra el cambio climático al anunciar nuevas medidas para lograr una arquitectura de gobernanza medioambiental global con contribuciones proporcionales y alejadas del unilateralismo.Las directrices que acometerá China fueron presentadas por el presidente Xi Jinping en un discurso pronunciado durante la conferencia telemática mundial, celebrada el 12 de diciembre, denominada Cumbre sobre la Ambición Climática, y representan un aporte cualitativo para una acción internacional concertada. En tanto, el presidente chileno, Sebastián Piñera, quien copresidió la reunión con la participación del secretario general de las Naciones Unidas, igualmente anunció medidas y destacó la relevancia del multilateralismo, notando que EE. UU.jamás debió abandonar el Acuerdo de París.

Tras las más recientes declaraciones de las autoridades chinas y latinoamericanas, tanto en la Cumbre sobre la Ambición Climática como en el VI Foro de Infraestructura China y América Latina y el Caribe (China-ALC), celebrado previamente, es evidente que ambas partes enfrentan desafíos comunes de cooperación en el terreno medioambiental.

9 de mayo de 2019. Tarcísio Gomes de Freitas,ministro de Infraestructura de Brasil, toma la palabra en el Diálogo de Cooperación en Infraestructura China-Brasil, realizado en Brasilia.

Compromisos concretos

Concretamente, Xi Jinping anunció que para 2030 las emisiones de dióxido de carbono de China por unidad del PIB disminuirán en más del 65 %en comparación con 2005 (frente al objetivo anterior que era bajar entre un 60 % y un 65 %). También Xi se ha comprometido a que la proporción de las energías no fósiles en el consumo de energía primaria alcanzará alrededor del 25 % (cinco puntos más que el objetivo anterior). En tanto, el volumen de las reservas forestales aumentará en 6000 millones de m³ en comparación con 2005. Asimismo, la capacidad total instalada de energía eólica y solar superará los 1200 millones de kilovatios. Esto último significa que el país triplicará sus actuales capacidades en estas energías.

En su discurso, Xi subrayó, utilizando un poema tradicional chino, que“el cielo, sin hablar, alterna ordenadamente las cuatro estaciones; la Tierra,sin hablar, hace que todos los seres vivos nazcan y crezcan vigorosamente”. Como ha notado recientemente el ex primer ministro francés Laurent Fabius, uno de los facilitadores del Acuerdo de París firmado en 2015, a diferencia de la tradición occidental(donde el ser humano es maestro y poseedor de la naturaleza), la sabiduría ancestral china se inclina por un balance fundamental entre el cielo y la Tierra a través del ser humano. Según este paradigma, no debe haber lugar para el dominio de la naturaleza. Siguiendo este paradigma ancestral, se ha de reajustar el equilibrio perdido en el inevitable coste ambiental del proceso modernizador y retomar la senda de armonía. En 2017, el presidente Xi prometió construir una “China hermosa” basada en el balance entre el desarrollo económico y la protección medioambiental. En 2018, la Constitución china fue enmendada para incluir el concepto de “civilización ecológica”.

China y América Latina

Hay coincidencias con la visión china. Desde hace muchos años, los países del continente se sienten concernidos con la problemática medioambiental.Varios de ellos cuentan con poderosas tradiciones ancestrales de equilibrio con la naturaleza, pero han sufrido una importante erosión medioambiental debido a sus respectivos procesos modernizadores. Pulmones del planeta como el Amazonas y las selvas tropicales de América Central, grandes reservas hídricas como las cumbres nevadas de los Andes y de la contigua Antártida, así como los circundantes océanos Pacífico y Atlántico, se han ido deforestando, deshielando y acumulando plástico, respectivamente. Son fenómenos que a su escala se dan al otro lado del interrelacionado océano Pacífico. De allí que se hayan seguido con atención las palabras pronunciadas por Xi Jinping.

19 de agosto de 2020. El Parque del Lago Runquan en Zhangye, provincia de Gansu, es un parque urbano de humedales a nivel nacional. Fotos de Cnsphoto

A la vez, los países latinoamericanos han hecho escuchar su voz en este quinto aniversario del Acuerdo de París. El presidente chileno, Sebastián Piñera(cuyo país y China se acaban de felicitar por el 50.º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas),enfatizó que “debemos convertirnos en antepasados responsables de las futuras generaciones”, destacando el esfuerzo del aporte de su país en el desarrollo del hidrógeno verde. En tanto, el presidente colombiano, Iván Duque (que estaba en Santiago en visita oficial y participó en la conferencia global telemática junto con su homólogo chileno), comprometió a su país a rebajar un 51 % sus emisiones de gases de efecto invernadero para dentro de una década, a sembrar 180 millones de árboles para 2022 y a potenciar la transición energética,la movilidad eléctrica, la lucha contra la deforestación y a avanzar bajo el lema de “producir conservando y conservar produciendo”.

En el contexto de las medidas concretas de carácter medioambiental es muy relevante que trascienda ampliamente la reciente celebración del VI Foro de Infraestructura China-ALC, inaugurado presencialmente en Macao el 8 de diciembre, o sea cuatro días antes del quinto aniversario del Acuerdo de París. El evento congregó a 15 embajadores y alrededor de 600 delegados de varios países, participación que convirtió al Foro en una de las mayores reuniones presenciales de 2020.

Su conclusión principal es que la construcción de infraestructuras de alta calidad, especialmente las basadas en nuevas fuentes de energía y con apoyo digital, podría perfectamente impulsar la cooperación bilateral. En verdad esto es viable porque preexiste una relevante base para la acción.Según el anfitrión, el viceministro de Comercio, Wang Bingnan, las empresas chinas han firmado proyectos por más de 210.000 millones de dólares en el subcontinente. Por ello, llamó a las partes a unirse y mejorar la conectividad para incluir la atención médica, la economía digital, la logística moderna y las nuevas energías.

Los embajadores en Beijing, Fernando Lugris (Uruguay), Luis Diego Monsalve (Colombia), Luis María Kreckler (Argentina), Luis Quesada(Perú), Carlos Larrea (Ecuador), Briunny Garabito (República Dominicana),entre otros, destacaron lo realizado y las perspectivas de colaboración regional e interregional para una civilización material más ecológica. Por ejemplo, el representante colombiano destacó las capacidades de las empresas chinas en la tecnología 5G en los ámbitos de la sostenibilidad ambiental, social, financiera e institucional.

En el Foro también se valoraron los ricos recursos eólicos y solares que posee Latinoamérica y que brindan oportunidades para desarrollar las nuevas energías a las empresas del mundo(incluidas las chinas). Peng Tao, subdirector general del Departamento de Asuntos Americanos y Oceánicos del Ministerio de Comercio de China, delineó una senda al entrever que gradualmente ambas partes formarán un nuevo patrón de desarrollo integrado por la infraestructura tradicional y la nueva infraestructura.

En síntesis, la Cumbre sobre la Ambición Climática y el VI Foro de Infraestructura China-ALC interpelan a la comunidad internacional. No perseverar conjuntamente en sus contenidos podría implicar que en un hipotético futuro la humanidad, con un avance técnico muy superior (pero incapaz de solucionar el problema ambiental), se plantee abandonar el planeta. Y esto sería un sinsentido que no nos podemos permitir ni quienes hablamos chino,ni español, ni portugués, ni inglés, ni ningún otro idioma. De allí la relevancia de que estos enormes espacios políticos,geográficos y culturales que son China y América Latina construyan su destino común basándose en la nueva civilización ecológica que habrá de ir tomando forma en estas décadas.