Por ZOU Jl
EN septiembre pasado, China propuso que sus emisiones de dióxido de carbono lleguen a su punto máximo antes de 2030 y se alcance la neutralidad de carbono antes de 2060, todo lo cual supondrá grandes transformaciones para el desarrollo económico y social del país.
Teniendo en cuenta la lucha contra el cambio climático, la propuesta del Gobierno chino es decisiva. China es un gran país en términos demográficos y económicos y, por consiguiente, también un gran emisor de dióxido de carbono,por lo que este esfuerzo es representativo de un consenso global respecto al cambio climático.
25 de noviembre de 2019. La Organización Meteorológica Mundial da a conocer en Ginebra, Suiza, el boletín anual sobre los gases de efecto invernadero, en el que se indica que la concentración de estos gases en la atmósfera terrestre ha establecido un nuevo récord. Visual.people.cn
En noviembre pasado, en el quinto año de vigencia del Acuerdo de París, se formalizó el retiro de Estados Unidos. Más aún, muchos han puesto en duda la continuidad del pacto debido a la pandemia de COVID-19. En este sentido, la propuesta china ha reforzado el enérgico apoyo a este acuerdo y, sin duda, tendrá una fuerte influencia en el sistema de gobernanza y orden mundial.
La neutralidad de carbono forma parte de la futura dirección y fisonomía de la economía china. En medio de la elaboración del XIV Plan Quinquenal (2021-2025), con la pandemia ya bajo control y la economía en vías de recuperación,cabe preguntarse cuál será el rumbo que emprenderá China en el camino hacia la prosperidad. El anuncio del país respecto a la reducción de las emisiones de carbono traerá importantes cambios en la configuración de su economía. Para el sector de energías renovables será una gran oportunidad de desarrollo, en detrimento de la industria de extracción y generación de carbono.
China lleva muchos años trabajando para reducir sus emisiones de carbono,por lo que el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2060 y su punto máximo en 2030 es también parte de ese esfuerzo. En 2015, el Gobierno chino presentó su Contribución Prevista y Determinada a Nivel Nacional ante la ONU, la cual resume su plan de acción climática.Gracias al trabajo emprendido, a finales de 2019 las emisiones de carbono habían bajado un 18,2 % en comparación con 2015, superando con antelación la meta que había sido definida en el XIII Plan Quinquenal (2016-2020).
Por otro lado, China ha conseguido grandes avances en el campo tecnológico.Durante los últimos diez años, el costo de producción de energías renovables ha bajado considerablemente, sobre todo el de la energía fotovoltaica, que ha experimentado un descenso del 90 %, siendo incluso inferior al costo de energía a base de carbono. Asimismo, la eficiencia energética a nivel industrial también ha mejorado, facilitada además por el rápido desarrollo y la amplia utilización de la tecnología digital e informática, que ha ayudado a promover el ajuste de la estructura energética.
Además, China ha insistido en la promoción del desarrollo y la construcción de una civilización ecológica, lo cual coincide con el plan de reducción de emisiones de carbono, toda vez que las políticas económicas han enfatizado la importancia de un nuevo modelo de desarrollo económico, para el que se han puesto en práctica otras tantas políticas medioambientales con resultados positivos. De esta forma,durante los últimos cinco años, las emisiones de carbono se han reducido efectivamente, lo que ha renovado la confianza de China en cuanto a la consecución de sus objetivos.
Con el fin de alcanzar la neutralidad de carbono es necesario llevar a cabo una serie de transformaciones en distintos ámbitos.
El uso de carbono como fuente energética debe llegar a ser menor del 10 %,e incluso por debajo del 5 %. Un caso ejemplar en este aspecto ha sido la provincia de Qinghai, donde las energías limpias ocupan el 87 % del total gracias a sus recursos eólicos, solares e hídricos. De esta forma, la red eléctrica de la provincia ya puede suministrar energías limpias durante 100 días del año. Además, el potencial de explotación de energía renovable ha alcanzado los 3000 millones de kilovatios, y la capacidad de explotación directa, 1000 millones de kilovatios. En septiembre de 2020, el primer paso para el transporte de electricidad de corriente continua de alto voltaje se extendió desde Qinghai hasta la provincia de Henan, y se espera que a futuro las provincias de Qinghai,Gansu y Ningxia y la región autónoma de Mongolia Interior, entre otras zonas,se conviertan en una base para el flujo de energías limpias hacia el exterior, con lo cual cambiará de lleno el suministro energético en China.
5 de diciembre de 2019. El modelo de un buque portacontenedores supergrande, con cero emisiones de carbono y fabricado en China, es exhibido en la Exposición Internacional de Tecnología Marítima de China, en Shanghai.
En ese sentido, el modo en que se llevará a cabo la transición en materia energética es clave. En Mongolia Interior el desarrollo de la industria eólica ha ido de la mano con la construcción de un centro de datos masivo para buscar nuevas áreas de crecimiento. La transformación en el campo energético es un largo proceso que requiere de al menos cinco o diez años, por lo que es necesario capacitar a los trabajadores dedicados a las industrias tradicionales,con el fin de que obtengan nuevas habilidades que les permitan reinsertarse en nuevos puestos de trabajo y proveer garantías sociales a aquellos que puedan quedar desempleados para contrarrestar los efectos negativos.
En materia de infraestructura y comunicación vial es necesario renovar viejas ciudades y construir zonas nuevas, para lo cual se debe persistir en el principio de bajas emisiones de carbono, mejorar la infraestructura vial y el transporte público y sobre todo asegurar la interconexión entre diferentes lugares. En esa línea, la ciudad de Shenzhen, en la provincia de Guangdong, es un ejemplo al haber llevado a cabo la automatización completa del sistema de taxis y autobuses, mientras que otras ciudades están ampliando el uso de vehículos eléctricos.
Asimismo, ya existen muchas tecnologías avanzadas que están en fase de desarrollo e investigación. En el pasado se solía utilizar carbón y coque como agentes reductores para fundir acero, pero en la actualidad ambos han sido reemplazados por hidrógeno, el cual no produce emisiones. Por otro lado, los técnicos expertos ya están investigando cómo producir cemento que sea carbono neutral.
Estas transformaciones en el terreno de la arquitectura están relacionadas estrechamente con el proceso de urbanización. Se calcula que más de 100 millones de agricultores emigrarán a las ciudades.Por eso, en las ciudades de Ruicheng y Shenzhen, en las provincias de Shanxi y Guangdong, respectivamente, la construcción de un edificio que no produce emisiones de carbono ya se encuentra en fase de prueba. Para su funcionamiento,el techo y los muros verticales del edificio están dotados de paneles fotovoltaicos y una red de corriente continua, que además se complementan con la utilización de pilas de ahorro energético. De esta forma, las comunidades residenciales capaces de producir energía, calefacción y aire acondicionado por su propia cuenta se volverán una tendencia a futuro.
En el terreno agrícola también existe un gran potencial de desarrollo para la industria fotovoltaica. En Qinghai, por ejemplo, hay paneles solares en el desierto que no solo generan electricidad,sino que además previenen la evaporación del agua y han ayudado a aumentar el sistema de regadío y la superficie de pastizales. Esto, a su vez, ha servido para que el ganado pueda alimentarse, creando así un círculo ecológico. En las zonas rurales de China aún hay un gran número de campesinos que subsisten con muy bajos ingresos, por lo que la explotación de estas nuevas energías puede ser un camino efectivo hacia la prosperidad.