Por HE JlANKUN
EN la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático, celebrada en 2009 en Copenhague (Dinamarca), China se comprometió a que para 2020 las emisiones de dióxido de carbono por unidad de su PIB se reducirían entre un 40 % y un 45 % en comparación con 2005, y que la proporción de energías alternativas en su consumo total energético alcanzaría el 15 %. En 2019, las emisiones de dióxido de carbono por unidad del PIB chino se redujeron en un 48 % y la proporción de energías alternativas en el consumo total energético alcanzó el 15,3 %. Todos los objetivos trazados por China se cumplieron antes de lo previsto y con creces.
El 22 de septiembre pasado, ante la 75.aAsamblea General de las Naciones Unidas, el presidente chino, Xi Jinping, declaró que China se esforzará para que las emisiones de dióxido de carbono lleguen a un pico antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono antes de 2060. ¿Qué impacto producirá este compromiso?
Para lograr el objetivo de la neutralidad de carbono para 2060,China debe construir a mediados de este siglo una estructura energética que tome las nuevas energías y las energías renovables como sus fuentes principales.
En China, la transformación hacia una economía baja en carbono se enfrenta principalmente a tres importantes desafíos: la reestructuración económica y el cambio de modalidad,la optimización de la estructura energética y el establecimiento de un sistema económico ecológico, sostenible y bajo en carbono.
En medio de la pandemia de COVID-19 es más difícil promover una recuperación y transformación de la economía con bajas emisiones,pues las industrias que consumen mucha energía, como la manufactura y la construcción, se recuperarán más rápido, mientras que el sector servicios lo hará relativamente más lento,como es el caso de la restauración, el turismo y el entretenimiento. Por lo tanto, es probable que el coeficiente de elasticidad del consumo de energía suba durante el proceso de recuperación económica.
Además, alcanzar un pico de emisiones de carbono no es lo mismo que alcanzar un pico de consumo de energía. Mantener un crecimiento económico rápido significa que la demanda de energía va en aumento,y para satisfacer este aumento en la demanda, se debe ampliar el suministro de energías alternativas. Entonces, es necesario reducir la intensidad de carbono por unidad del PIB para contrarrestar el incremento de las emisiones de carbono provocadas por el crecimiento del PIB, procurando que la tasa de disminución de la intensidad de carbono por unidad del PIB sea mayor que la tasa de crecimiento del PIB, y así se pueda llegar al pico de emisiones.
Para reducir la intensidad de carbono por unidad del PIB, la transformación energética es fundamental.Según el “Informe sobre el desarrollo energético de China 2020”, el consumo actual de carbón en el país representa el 57,7 % del consumo total de energía, mientras que las energías alternativas ocupan el 15,3 % del consumo de energía primaria. Para lograr el objetivo de la neutralidad de carbono para 2060, China debe construir a mediados de este siglo una estructura energética que tome las nuevas energías y las energías renovables como sus fuentes principales, las cuales emiten casi cero dióxido de carbono.Las energías alternativas representarán entre el 70 % y el 80 % de todo el sistema energético. La proporción de energías alternativas en el suministro eléctrico también aumentará del 32 %actual a más del 90 % en 2050. Para lograr esta transformación se invertirán más de 100 billones de yuanes(unos 15 billones de dólares) en los próximos 30 años.
Con el fin de lograr el objetivo a largo plazo de la neutralidad de carbono, todos los países deben hacer grandes esfuerzos, y los países en desarrollo tienen mayores retos al respecto, incluida China. La meta de neutralidad de carbono antes de 2060 requiere que China se esfuerce más que los países desarrollados, que planean alcanzarla antes de 2050.Del pico de emisión a la neutralidad de carbono, Europa y Estados Unidos tendrán un periodo de transición de entre 50 y 70 años, mientras que China solo 30 años. Después de 2030, la tasa anual de reducción de emisiones de China debe llegar a entre el 8 % y 10 %, mucho más alta que la de los países desarrollados, quienes ya se encuentran en la sociedad posindustrial y su demanda de energía está básicamente saturada. Tras la crisis económica de 1998, la demanda total de energía de la mayoría de los países desarrollados ha mostrado una tendencia lenta a la baja.
Paneles fotovoltaicos en el distrito de Ganzi, provincia de Sichuan. Guo Changping
3 de octubre de 2020. En la Exposición Automotriz Internacional de Shanghai Pudong 2020, un vehículo de energía alternativa es recargado.
Cuando la demanda de energía no aumenta, en la reforma del sistema energético solo se necesitan ajustar las existencias y reemplazar el consumo de energías fósiles con las energías nuevas y renovables, lo que puede mejorar la estructura energética original de manera más serena y rápida. Por el contrario, China se encuentra ahora en una etapa de rápido desarrollo económico y social, y la demanda de energía sigue creciendo. Hay que resolver primero el incremento del consumo energético y luego sustituir las existencias. China viene desarrollando vigorosamente las energías renovables,pero todavía no puede cubrir la creciente demanda de energía, por lo que el consumo de energía fósil aumentará en un determinado período de tiempo.Entonces, el problema actual de China es controlar el crecimiento del consumo de energía fósil y esforzarse por satisfacer el incremento de la demanda mediante el desarrollo de fuentes de energías alternativas, de modo que las emisiones de dióxido de carbono alcancen su punto máximo y comiencen a disminuir. La tarea de China es más difícil, pero también es una muy buena oportunidad para dar un salto en el desarrollo, aun si se requieren esfuerzos más arduos.
El cambio climático pone en peligro la seguridad ecológica de la Tierra, así como la supervivencia del ser humano. Cooperar en la lucha contra el cambio climático es ya un interés compartido por toda la comunidad internacional. Lograr la neutralidad de carbono para 2060 será una tarea ardua y muy desafiante para China,por lo que debe redoblar sus esfuerzos en estos aspectos.
Primero, debe intensificar la transformación económica, la innovación y el desarrollo ecológico. Debe desarrollar la economía digital y las industrias de alta tecnología para promover la transformación hacia una economía con bajas emisiones. Debe controlar la expansión de las industrias químicas pesadas de uso intensivo de energía, ajustar la estructura de productos e industrias, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a la par de mantener un desarrollo económico sostenido. Estas son medidas fundamentales.
Segundo, es necesario desarrollar vigorosamente la tecnología de ahorro energético, eliminar la capacidad productiva obsoleta, usar los recursos de manera eficiente, desarrollar una economía circular y apoyar el desarrollo sostenible de la economía y la sociedad con el empleo de la menor cantidad de recursos y consumo de energía posibles.
Finalmente, debe desarrollar fuertemente las tecnologías energéticas avanzadas y acelerar la sustitución de energía. Para el año 2050, China debe construir un sistema energético con cero emisiones netas o de un nivel cercano a cero. En los próximos 10 años, China debe desarrollar la energía eólica y solar, con un aumento anual promedio de 100 millones de kilovatios y un aumento de alrededor de 1000 millones de kilovatios en 10 años.
Además, durante el XIV Plan Quinquenal (2021-2025), algunas industrias con alto consumo de energía, como la siderúrgica, cementera,petroquímica, química y la de materiales de construcción deben ser las primeras en llegar a las emisiones máximas de dióxido de carbono.China también debería desarrollar y mejorar aún más el mercado de comercio de derechos de emisión, promover la reducción de emisiones y la innovación tecnológica empresarial con un mejor mecanismo de mercado, y dirigir la inversión social hacia las industrias con bajas emisiones de carbono.
China también debería implementar “soluciones climáticas naturales”en la agricultura, la silvicultura, el uso de la tierra, los pastizales y los humedales, a fin de fortalecer la protección, la gobernanza y la restauración ecológicas, mejorar las funciones de servicio del ecosistema y aumentar la presencia de los sumideros de carbono.
En el proceso de respuesta a la pandemia y recuperación de la economía es necesario insistir en el desarrollo ecológico de alta calidad y sostenible. Esto tiene ya un amplio consenso dentro de la comunidad internacional, que está prestando cada vez más atención a cómo lograr una transición hacia una economía con bajas emisiones en el curso de la recuperación económica.
China debe formular una estrategia a largo plazo para realizar esta transición. Mientras nos centramos en transformar nuestro país en un poderoso país socialista a mediados de este siglo, también nos debemos orientar al objetivo de controlar el aumento de la temperatura en dos grados centígrados. De este modo,encontraremos una ruta de economía ecológica y circular y lograremos una descarbonización profunda, contribuyendo así a la seguridad ecológica mundial, lo que se corresponde con el creciente poder nacional integral y la influencia internacional de China.En materia de desarrollo de la economía circular con bajas emisiones,China compartirá su experiencia y desempeñará un papel activo de liderazgo en la transformación económica del mundo.