“Frente al COVID-19, no cabe la estigmatización”

2020-06-18 07:43PorMlCHAELRATE
今日中国·西班牙文版 2020年6期

Por MlCHAEL ZÁRATE

Entrevista al embajador de Cuba en China, Carlos Miguel Pereira

ES la segunda vez que cumple las funciones de embajador en China. La primera fue en 2006, en un mundo que ahora parece tan distinto y tan lejano. Sin embargo, la relación de Carlos Miguel Pereira con China data de mucho antes, en concreto, de 1991, cuando llegó a estudiar chino en la Universidad de Beijing. Sabido es que quien conoce el idioma tiene otra aproximación hacia China: más cercana, más certera. Y esa aproximación puede ser clave en un momento como el actual.

China Hoy (CH): Señor embajador, hoy el monopolio de nuestras conversaciones gira en torno al COVID-19. Teniendo en cuenta el desarrollo que la epidemia ha te-nido en China, ¿qué le ha parecido el manejo del país en la contención del nuevo coronavirus?

Carlos Miguel Pereira, embajador de Cuba en China. Michael Zárate

Carlos Miguel Pereira (CMP):Nuestra visión es que China ha tenido una respuesta ejemplar desde el mismo surgimiento de la epidemia, una respuesta que además ha sido integral. Ha habido un enfoque que ha permitido el trabajo mancomunado tanto de las autoridades políticas como de las autoridades sanitarias, pero también de la población en general.

Con esa respuesta ejemplar, China hizo también una gran contribución al mundo. Dio una ventana de tiempo para que otros países y otros gobiernos se prepararan de antemano. Lamentablemente no todos los países lo hicieron.

En Cuba hemos estudiado desde el inicio la experiencia china. Es conocido que Cuba tiene un sistema de salud muy robusto, con un contingente de médicos y de personal de salud que ha acumulado una gran experiencia en el manejo de epidemias y desastres similares, pero, sin duda, la experiencia china es la que en definitiva ha servido de referencia al mundo. En este campo, el intercambio bilateral se ha concretado por múltiples vías, entre ellas, la organización de videoconferencias entre expertos chinos y expertos cubanos, las cuales catalizan la cooperación ya existente entre ambos países, ya sea desde el punto de vista de la cooperación médica como del desarrollo conjunto de medicamentos.

CH: A propósito, a fines de febrero se informó que uno de los medicamentos utilizados en China para tratar a los pacientes de COVID-19 era el interferón alfa-2b humano recombinante, que desde 2007 se produce en la empresa mixta sino-cubana Changchun Heber Biological Technology. ¿Cómo va la cooperación entre la biotecnología cubana y china?

CMP:Efectivamente, uno de los elementos más conocidos ha sido el medicamento cubano alfa interferón recombinante humano. Fue uno de los 30 medicamentos antivirales seleccionados por la Comisión Nacional de Salud de China para ser usado en el tratamiento del COVID-19.

La del COVID-19 es una epidemia que tiene sus propias características y es un virus que, por lo general, se da asociado a enfermedades colaterales. Entonces, muchos de esos medicamentos que están en desarrollo o ya están registrados en el país, contribuyeron a ese tratamiento en casos específicos. Por ejemplo, tenemos la producción de un monoclonal cubano, muy exitoso en el tratamiento contra el cáncer, que es el Nimotuzumab, el cual se produce aquí en Beijing en la empresa mixta Biotech Pharmaceutical.

La epidemia ha permitido identificar nuevos productos de uso en el COVID-19 y que forman parte ahora de la cooperación entre Cuba y China. Hoy hay varios proyectos que se están estudiando y algunos se están desarrollando conjuntamente, sobre todo a través de un centro de investigación y desarrollo en el área de la biotecnología que funciona en la ciudad de Yongzhou, provincia de Hunan.

Hoy se están desarrollando algunos medicamentos que, incluso, han demostrado gran eficacia en el tratamiento del COVID-19 en el caso de Cuba. Algunos son totalmente nuevos, otros son medicamentos que ya venían estudiándose y que están demostrando una gran efectividad, como la Biomodulina T, que se está usando en pacientes adultos mayores, uno de los segmentos de mayor riesgo entre los afectados por este virus. Hay cuatro empresas mixtas que están funcionando ya en el tema de la biotecnología, y hay otros proyectos que están en vías de implementación, como el establecimiento en China del primer parque biotecnológico mixto para el desarrollo de productos, el cual empezará con alrededor de 9 o 10 productos biotecnológico cubanos.

CH: ¿Dónde será desarrollado este proyecto?

CMP:Lo estamos desarrollando en la región autónoma zhuang de Guangxi, en la Zona de Desarrollo de Fangchenggang, que es una zona de experimentación piloto, creada por las autoridades chinas para el desarrollo de la cooperación médica internacional. Pensamos que antes que concluya este año ya estarán creadas las bases para echar a andar este primer parque biotecnológico mixto.

Hoy hay casi más de 100 medicamentos producidos en China que ya están registrados en Cuba. Hay una decena de medicamentos cubanos registrados en China, y hay otra decena esperando o transitando por las diferentes fases de registro. Esto ratifica que la biotecnología es uno de los pilares de la cooperación entre los dos países.

CH: Hoy las brigadas cubanas de apoyo contra el COVID-19 están en 23 países. China viene haciendo lo mismo. Incluso, ha habido una participación conjunta en terceros países. ¿Qué destacaría de esta contribución?

CMP:Es una cooperación que se ha dado prácticamente desde el inicio y de una manera natural. Tiene mucho que ver con el hecho de que China y Cuba han sido de los primeros países en dar una respuesta efectiva en materia de solidaridad y cooperación internacional. Hay un grupo de países que han venido politizando y estigmatizando esta cooperación, pero lo vemos más que todo como una gran cortina de humo para esconder su propia incapacidad, como es el caso de EE. UU.

En los casos donde ha habido presencia de expertos chinos con brigadas médicas cubanas se ha dado también un trabajo conjunto. En Venezuela, por ejemplo, ambas brigadas médicas pudieron unir esfuerzos y participar en las labores de pesquisa masiva de COVID-19. Esto demuestra que en una epidemia de este tipo no hay nacionalidades ni hay cabida para la politización ni para la estigmatización, como algunos gobiernos han tratado de imponer.

CH: ¿Cuál cree que debiera ser la gran lección que nos deje esta pandemia?

CMP:Una pandemia de este tipo no repara en ideologías, no repara en posiciones políticas, no repara ni siquiera en nacionalidades. Más allá del esfuerzo de algunos países que se ha visto reflejado en actitudes xenófobas o en campañas contra la calidad de determinados insumos médicos, el mundo entero va acogiendo el camino de la solidaridad y la cooperación internacional.

Para Cuba es muy importante este tema porque, como usted sabe, Cuba es un país que ha estado sometido a un largo bloqueo por parte de EE. UU. Desde el mismo estallido de la epidemia, el bloqueo ha estado presente de manera cotidiana, incluso impidiendo que donativos de otros países llegasen a Cuba. El caso más conocido es el de la Fundación Jack Ma, que anunció un donativo de insumos médicos a países de América Latina y el Caribe. Sin embargo, el único país de la región al que no pudo llegar ese primer lote de envío fue Cuba, justamente en virtud del bloqueo norteamericano. La empresa estadounidense Apex Cargo Services declinó a último minuto hacer llegar el donativo debido a la extraterritorialidad del bloqueo de EE. UU. Ese envío, en aquel estado inicial de la pandemia, hubiera sido realmente muy positivo para nuestro país.

CH: El próximo 28 de septiembre se cumplirán 60 años de relaciones diplomáticas entre Cuba y China. Cuba fue el primer país de América Latina en establecer esos vínculos. ¿Cuál es la importancia que esta fecha tiene para el Gobierno y el pueblo cubanos?

CMP:Este no es un aniversario cualquiera. Probablemente, la decisión de establecer relaciones diplomáticas con China fue el primer acto de independencia de la naciente Revolución cubana y abrió las puertas de las relaciones de China con América Latina y el Caribe. Desde ese punto de vista, Cuba acumula muchas primeras veces en las relaciones entre China y la región. Pero lo que queda de estos sesenta años es que no solamente hemos estado entre los pioneros en las relaciones con China, sino que hemos logrado mantener una relación que es estratégica y que está basada en la amistad y la confianza recíproca.

Para nosotros es muy importante este 60.º aniversario. Inicialmente, ambas partes habíamos previsto un gran programa de celebraciones y de festejos que la epidemia no nos ha permitido poner en práctica. En función de cómo vaya evolucionando la situación, tendremos todo un segundo semestre del año, en el que ya hay acordado un grupo de actividades para conmemorar este acontecimiento que es clave desde el punto de vista bilateral.