En momentos en los que el mundo viene afrontando importantes desafíos en materia económica,alimentaria,sanitaria y geopolítica,el compromiso anunciado por China en las recientes Dos Sesiones de promover un desarrollo global,defender el multilateralismo y buscar un aumento de su demanda interna ha sido bien recibido especialmente por los países en desarrollo,como los de América Latina.
China se ha trazado el objetivo de crecimiento de su PIB para 2023 en alrededor del 5 %,una cifra realista que se condice con las estimaciones hechas también por el FMI.Pese a los estragos causados por la pandemia,agencias como Bloomberg sostienen que la economía china está mostrando señales de un rebote más fuerte de lo esperado.La demanda de consumo,la distribución del mercado,la producción industrial y las expectativas empresariales han mejorado notablemente.
Tras haber superado el gran desafío del COVID-19,China ya ha puesto el pie en el acelerador en su camino hacia un desarrollo de alta calidad y sigue teniendo una gran capacidad de atraer la inversión extranjera.En ese sentido,¿cuáles son las oportunidades que se abren para los países en este nuevo escenario?