China es un país en el que la agricultura juega un importante rol, con aproximadamente 140 millones de hectáreas cultivadas, lo cual equivale a un 7 % de la tierra labrada a nivel mundial y que, a la vez, alimenta al 20 % de la población global. En 2020, China logró erradicar la pobreza absoluta en todas las zonas rurales. Según el Buró Nacional de Estadísticas, el ingreso disponible per cápita de la población rural ha alcanzado los 17.100 yuanes (2630 dólares), lo que registra un crecimiento relativamente grande.
Aun así, todavía existe una gran brecha entre las zonas rurales y urbanas en términos de infraestructura, servicios públicos, cultura, entretenimiento, entre otras áreas. Es por ello que, de acuerdo con lo establecido en el XIV Plan Quinquenal (2021-2025), China se ha propuesto comenzar una nueva fase de desarrollo cuyo foco de trabajo centrado en la agricultura, el campo y el campesinado se trasladará desde la concentración de recursos para la asistencia contra la pobreza hacia la promoción integral de la revitalización rural.
Pese a las grandes dificultades que están por delante, China mejorará las políticas y los sistemas, adoptará medidas eficaces e introducirá fuerzas sociales para acelerar la modernización y la revitalización del campo, y logrará que “la agricultura se desarrolle con alta calidad y alta eficiencia, el campo sea un lugar cómodo para vivir y trabajar, y los agricultores puedan alcanzar la prosperidad”.
19 de julio de 2020. Una aldea montañosa en la prefectura autónoma tibetana de Haibei, provincia de Qinghai. VCG