Por QlU XlNNlAN*
UNa destacada característica de la medicina tradicional china (MTC) reside en la curación de una misma enfermedad con diferentes tratamientos para distintos pacientes. a primera vista, esto no parece lógico. ¿Cómo explicarlo?
La MTC es una medicina holística, hoy reconocida por el mundo entero. Esta concepción holística es nueva, introducida apenas en la década de 1920, y es una visión revolucionaria sobre la salud integral del cuerpo y la mente. El mundo científico ha captado la esencia de esta milenaria medicina, que coincide exactamente con el holismo. La MTC considera al hombre como un todo, en el que sus diferentes partes están interrelacionadas, en el que el ser humano está conformado por cuerpo, mente y espíritu, y cuando alguno de ellos se desequilibra, todo lo demás también lo hace. asimismo, está relacionado con el medio que lo rodea, los alimentos, el aire, la naturaleza, y todo ello le afecta.
La toma del pulso es un método para diferenciar la situación de cada paciente.
Como hemos dicho antes, el hombre es como un microcosmos, relacionado estrechamente con el macrocosmos. Hipócrates creía lo mismo. Su principal reforma consistió en cambiar el criterio de atribuir a los dioses los fenómenos que se producían en el cuerpo humano, y demostró que estos dependían de la fuerza vital y que los fenómenos biológicos estaban sometidos a leyes naturales. Creía que la salud era el perfecto estado de armonía de fuerzas en su equilibrio. Su criterio es muy parecido al de la medicina china. Para Hipócrates, el cuerpo era un todo armónico cuyas partes estaban en mutua dependencia y cuyos actos eran solidarios unos con otros. Él dijo: “Donde quiera que se encuentre la ubicación original del mal, las diferentes partes del cuerpo humano se lo comunicarán unas a otras”. El criterio de Hipócrates demuestra elocuentemente la sólida base de la medicina china.
Por innumerables que sean los seres humanos, no hay dos personas iguales. así como ocurre con las hojas de cualquier árbol en el mundo, no hay dos totalmente iguales. No hay dos personas iguales, aunque sean gemelos idénticos. Es decir, cada persona es única. Por ello, es comprensible el criterio de la MTC respecto a curar una misma enfermedad con diferentes tratamientos para distintos pacientes. Claro que cuando decimos una “misma enfermedad” nos referimos a sus síntomas aparentemente similares. No hay dos enfermedades totalmente iguales en dos personas, pues cada quien reacciona de modo diferente a los agentes responsables de la enfermedad, ya sean estos de naturaleza interna o externa. además, la causa de una enfermedad tiene mucho que ver con el estado global, la constitución física (el yin o el yang, si uno es robusto o débil, obeso o delgado), el sexo, la edad, la estación y el clima en el que se encuentre el paciente. Por otra parte, el órgano enfermo no se comporta aisladamente, sino que está vinculado con otros órganos, lo que complica el caso.
Relieves que muestran al renombrado médico chino Li Shizhen (1518-1593) diagnosticando a una niña, probando algunas hierbas terapéuticas y escribiendo el libro Compendio de materia médica.
Por todo ello, la terapia debe ser individualizada. No hay protocolos previamente establecidos como en la medicina convencional. Y, por eso mismo, un buen doctor no usa o usa muy poco los medicamentos ya preparados por laboratorios farmacéuticos por su falta de máxima eficacia, sino que prescribe una fórmula magistral, ya sea una receta polifarmacéutica para un paciente específico o una receta individualizada. De este modo, se excluye los ingredientes inadecuados e incluso dañinos para el paciente específico. Claro, esto requiere mucha técnica y mucha experiencia por parte del doctor. Una fórmula rentable combina muchos aspectos: la situación global del paciente, el profundo conocimiento del doctor sobre la naturaleza de las plantas medicinales, el arte de combinarlas, la dosis de cada componente, entre otros.
Pongamos como ejemplo un resfriado común. Si bien no tiene la gravedad de otras enfermedades, sí es responsable de malestares severos, de ausencias laborales y de dificultades para la actividad social.
En la medicina convencional es tratado siguiendo quizá unos protocolos ya establecidos. Posiblemente se les administra los mismos medicamentos a distintos pacientes, sin discernir lo que es conveniente para cada persona. Sin embargo, en la MTC el resfriado es tratado de otra manera. Primero se distingue el tipo para determinar el principio general que se debe seguir para la cura. Luego se contempla al paciente en su globalidad, observando los distintos factores antes mencionados para que sea medicado adecuadamente. Esto es muy importante para el éxito del tratamiento. La MTC se destaca sobre todo por el tratamiento al inicio, en las primeras horas o en el primer día en el que aparecen los síntomas. ahí es fácil de sanar. Más tarde ya se complica el caso.
aparte del tratamiento diferente de una misma enfermedad en distintas personas, la MTC postula el tratamiento distinto del mismo caso en una misma persona en distintas etapas de la condición. Una misma enfermedad evoluciona constantemente, por lo que el tratamiento debe modificarse a fin de adaptarse a la evolución de la misma patología. La naturaleza de un resfriado común cambia mucho entre el inicio y los tres días siguientes. Si es tratado de la misma manera durante todo el proceso, no solo no se alcanzará el éxito y se prolongará el curso de la enfermedad, sino que puede dañar la salud en general, sobre todo en pacientes de edad avanzada. Tres días después, la condición es alterada notablemente, ya tiene algo de fiebre paratifoidea y resulta peligroso si se prescribe el medicamento correspondiente a los días iniciales. Por eso, aunque el resfriado no sea un mal muy grave, hay que tener mucho cuidado al tratarlo, sobre todo si el paciente es de una edad mayor.
Pongo otro ejemplo que he vivido recientemente, a fin de aclarar mi criterio sobre el diferente tratamiento de un resfriado común. Mi señora, octogenaria como yo, cuando padece de resfriado suele comer únicamente alimentos sosos, sin sal ni grasa. Sin embargo, hace una semana cogió frío y solo pedía alimentos salados. Me pareció muy raro y le conté de este cambio a nuestro doctor, quien dijo que tenía relación con el cambio de la función del bazo y de los riñones, y le reajustó la fórmula de los medicamentos. Mi esposa se recuperó pronto.