Alex Hua Tian, el equitador de China
Práctica ecuestre.
Entrenadores de un club ecuestre.
Con el propósito de representar a China en competencias ecuestres internacionales, en 2006 renunció a su nacionalidad británica y entrenó para convertirse en el único equitador olímpico representando al dragón asiático.
Alex Hua Tian clasificó en los Juegos Olímpicos de Beijing con tan solo 18 años. Dadas las complicaciones para ingresar caballos a la parte continental de China y a los pocos establos en Beijing, las competiciones ecuestres de la capital se llevaron a cabo en Hong Kong. El mismo campo de golf en el que Hua fue multado por pisar el prado cuando era niño, se convirtió en uno de los principales escenarios para las pruebas de concurso completo.
“De cierto modo es irónico pensar que a los 10 años temía pisar el pasto y que, ocho años después, pueda galoparlo atoda velocidad, e incluso caerme sobre él”, le dijo entonces el jinete a la BBC.
9 de agosto de 2016. Alex Hua Tian en un concurso individual en Río de Janeiro, Brasil. CFP
Fue precisamente la caída durante la prueba de campo en el club Beas River, la que terminó con las aspiraciones de Hua de obtener la medalla de oro en las Olimpiadas de 2008. Sin embargo, el jinete chino no solo logró consolidarse como el primer equitador olímpico del país, sino que también se convirtió en el hombre más joven en la historia de los juegos olímpicos en debutar en las pruebas de concurso completo. Los medios de comunicación en todo el mundo le dieron el sobrenombre de “uno en mil millones”, y desde entonces ha estado a la altura de algunos de sus ídolos, como Sir Mark Todd, Lucinda Fredericks y William Fox-Pitt.
“Todo esto fue el resultado de tener la nacionalidad correcta, encontrarse en el lugar adecuado en el momento oportuno y contar con la financiación necesaria”, explicó Hua al diario hongkonés South China Morning Post. “Lo que me llevó allí fue una mezcla de muchas cosas que sucedieron al mismo tiempo, así que no creo que esto le vuelva a ocurrir a un joven de 18 años”.
A pesar de no haber clasificado para los Juegos Olímpicos de Londres, durante los ocho años siguientes a las Olimpiadas de Beijing el nombre Hua Tian ha ocupado titulares de prensa por sus importantes logros. Además de ser el único equitador chino en prestigiosas competiciones europeas, como Fontainebleau, Badminton y Burghley, en 2014 se posicionó como el único asiático en los Juegos Mundiales Ecuestres en Normandía y el mismo año ganó la medalla de plata en los Juegos Asiáticos de Incheon (Corea del Sur).
Hoy en día la construcción de hipódromos, campos de polo y clubes ecuestres está creciendo a pasos agigantados alrededor del país para lograr satisfacer la creciente demanda local.
No obstante, al tiempo que aumentaron los ingresos de la clase media china también creció el interés por los caballos, considerados un símbolo de estatus social. El debut de Hua Tian en los Juegos Olímpicos de Beijing impulsó aún más la equitación en el país, y actualmente los deportes ecuestres son el tercer hobby más practicado por la élite china.
El primer club ecuestre en el país abrió sus puertas en Shanghai hace alrededor de una década, y ahora la parte continental de China cuenta con cerca de 300 clubes y 25 pistas de carreras, según datos de la Asociación de la Industria Ecuestre de China. En Beijing y Shanghai, el precio promedio anual para mantener un caballo puede llegar a los 60.000 yuanes, y el alquiler de un caballo y un entrenador asciende a los 300 yuanes por 45 minutos.
“Competir con caballos de alta competición no es nada barato porque tanto el animal como la clínica veterinaria y el herrador son costosos, por eso no todo el mundo tiene acceso”, dijo a China Hoy Luis Hauteville, un herrero catalán que trabaja en el Club Ecuestre Internacional de Beijing. Además de los altos precios, los deportes ecuestres en China no han podido dispararse del todo debido a restricciones en la importación y exportación de caballos, complicaciones en los negocios con los importadores extranjeros y falta de infraestructura. Pero quizás el principal obstáculo para la industria es la prohibición de los juegos de azar, lo que cambia por completo la dinámica de las lucrativas carreras de caballos.
“El mundo de los caballos todavía es muy nuevo para los chinos, hasta ahora están aprendiendo, pero poco a poco está surgiendo gente con nivel”, sostuvo Hauteville. “Yo creo que dentro de unos diez años se va a ver un cambio espectacular porque China tiene el potencial para llegar muy lejos”.
Alex quiere ser parte de esta transformación. Mientras se prepara para las Olimpiadas de Tokio en 2020, asegura que fomentar su deporte en China e inspirar a las nuevas generaciones es tanto una pasión como una responsabilidad.